La relevancia que adquirió la cuestión de la inseguridad como problema público en Argentina difícilmente resulte novedosa. Tampoco lo es la afirmación de que existe una distancia entre la problemática de la inseguridad en términos “objetivos”, reflejada en los datos estadísticos sobre diferentes delitos en cierto territorio, y la inseguridad “subjetiva”, relacionada con el temor al delito y vinculada a la denominada “sensación de inseguridad”. De esta manera, sabemos que estas dos dimensiones (objetiva y subjetiva), no se encuentran vinculadas de manera mecánica, sino que están mediadas por una serie de procesos complejos en los cuales entran en juego una multiplicidad de variables. Ahora bien, la pandemia del COVID-19 abrió un escenario novedoso en el espacio público caracterizado por un alto grado de presencia y control de las fuerzas de seguridad y una baja circulación de las personas en el mismo. Este nuevo escenario abre el interrogante sobre cómo operó la relación entre inseguridad objetiva y subjetiva durante la pandemia del COVID-19. Para explorar una posible respuesta a esta pregunta, el presente trabajo propone identificar las diferencias existentes entre los datos delictuales de la ciudad de Villa María y la percepción ciudadana en torno a la inseguridad durante el año 2020. Para ello se utilizarán como fuentes datos de estadística delictual provenientes de la Policía de Córdoba, la Encuesta de Victimización realizada por el municipio de Villa María en 2020 y entrevistas a vecinos, agentes policiales y funcionarios municipales realizadas en el marco de un proyecto de investigación PISAC-COVID19.