A principios de 2005, el predio que ocupaba la empresa de limpieza urbana Solurban, en el barrio porteño de Floresta, fue restituido al Gobierno de la Ciudad, gracias a los insistentes pedidos de los vecinos, para que en el lugar se construyeran un colegio secundario y una plaza. Desde la Asamblea Vecinal surgió la idea de rescatar el pasado del predio, tanto el patrimonio tangible como el intangible. Así se gestó la idea de construir un museo. A raíz de esto, los vecinos nos convocaron para rescatar el patrimonio arqueológico, antes de que se realicen la obras de remodelación. Conseguimos una carta de recomendación por parte de la Secretaría de Patrimonio del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires para ser presentada ante la Secretaría de Espacios Verdes de la misma Ciudad, quienes poseían la jurisdicción sobre el predio. Finalmente, a fines de Agosto de 2006, la Secretaría de Espacios Verdes nos otorgó la aprobación para comenzar con las excavaciones cuando comiencen las obras. De todos modos, comenzamos el trabajo de campo el 22 de Agosto abriendo pozos de sondeos en el terreno, donde se identificaron las zonas de mayor potencial arqueológico. En función de ellas, se plantearon dos cuadrículas de 1m x 1m en los jardines que rodean la casona administrativa. Aquí presentamos la diferencia de logros en los intentos por acercarnos por un lado a la comunidad, y por otro, al Estado de la Ciudad de Buenos Aires.