Desde el último cuarto del siglo XIX, según lo ha documentado Lourau (1997), se implementaron en distintos países experiencias educativas libertarias. Nos referimos al trabajo de pedagogos como Paul Robin, Sebastián Faure, Francisco Ferrer, María Montessori o Janus Korczak. Si se sistematizan algunas características centrales de estas experiencias podemos sostener que la unión entre la educación y el trabajo, la forma de conocer que se orienta hacia lo colectivo y lo contextualmente situado, el aprendizaje a través de la formulación de preguntas y tanteos experimentales, la incorporación del arte, el juego y la creatividad, constituyen aspectos claves de esta pedagogía libertaria. En nuestro país, desde fines de la década de 1960, se abren escuelas de alternancia en el ámbito rural que retoman en sus instrumentos pedagógicos algunas de estas características, conformando también una pedagogía propia denominada pedagogía de la alternancia. La propuesta de este trabajo es indagar en dos corpus fotográficos (uno de ellos perteneciente a las experiencias libertarias y el otro a las escuelas de alternancia) para relevar indicios, huellas, detalles que den cuenta de estas pedagogías, prestando atención a los cuerpos, los espacios, las situaciones y los objetos que aparecen retratados.