En este escrito reflexionaremos a partir de nuestra experiencia. Somos madres que participamos de una Asociación Cooperadora escolar en una escuela pública primaria ubicada en el barrio de Colegiales de la Ciudad de Buenos Aires, Argentina. También trabajamos, cada una, en nuestro quehacer profesional. En un caso como mediadora jurídica y en otro como investigadora en Ciencias Sociales. Desde todos estos roles pensamos continuamente sobre nuestro quehacer en la Asociación. Así, escribimos como participantes de ese grupo y por eso intentaremos ser fieles al ideario y acción comunes, aunque también nos hacemos responsables de nuestras formas de interpretar la experiencia y por eso firmamos este escrito con nuestros nombres. En otros artículos hemos desarrollado algunos análisis sobre el agenciamiento colectivo de las familias (Heras Monner Sans, 2012) tomando en cuenta el posicionamiento a favor de que la educación pública no se mercantilice. También hemos desarrollado un análisis de lo que las familias podemos aportar al espacio escolar o acerca de lo que significa que, como familias, seamos convocados por la escuela en diferentes capacidades y roles. Por ejemplo, cuando nos convoca la docente de aula es en general para pensar sobe nuestro hijo/a solamente; cuando participamos en la Asociación Cooperadora, lo hacemos para pensar y actuar a favor de todos los niños, de los hijos nuestros y de los de todos los demás  (Heras Monner Sans 2013; 2014). Tomando como antecedentes dichos escritos pero diferenciándonos de ellos esta vez en el concepto específico que elegiremos para la entrada analítica, en este trabajo nos interesa reflexionar sobre la labor de la Asociación Cooperadora como agenciamiento colectivo. Usaremos el término agenciamiento colectivo para referirnos a nuestro modo de pensar y hacer juntos como familias, lo que significa crear vínculos entre diferentes espacios (la escuela propiamente dicha, las familias, la comunidad barrial), por una parte. Por otra significa establecer un modo de organizarnos que no es centralizado sino es des-centrado, como explicaremos más adelante: se conforma como una especie de red de grupos pequeños de trabajo (llamados Comisiones), los cuales vamos tomando decisiones específicas sobre temas concretos, que luego ponemos a disposición del resto para tomar decisiones juntos. En este sentido también  nuestra configuración como Asociación Cooperadora conecta espacios más pequeños (las Comisiones) con un espacio más amplio (la Asociación Cooperadora) y esto sucede a partir de los vínculos que vamos estableciendo, como desarrollaremos en otras secciones de este escrito.Vamos a proponer el concepto de espacios-entre como modo de pensar lo que hacemos en nuestra Asociación Cooperadora. Al hablar de espacios-entre los pensamos referidos a los vínculos que establecemos (entre nosotros como participantes) y también a los espacios concretos que se conectan por nuestra labor. En nuestro desarrollo iremos mostrando que vínculos y espacios se referencian y definen mutuamente.