La autonomía progresiva implica que niños, niñas y adolescentes (NN y As) asuman diversas decisiones según su grado de desarrollo. Ciertas funciones cognitivas y emocionales en desarrollo, como aquellas vinculadas con la capacidad de toma de decisiones, se relacionan con este tipo de autonomía. El conocimiento del (neuro)desarrollo humano puede incrementar entonces la comprensión de los mecanismos de producción de la toma de decisiones autónomas en NN y As. Sostenemos como hipótesis que el hecho de reconocer la importancia de la autonomía progresiva en NN y As no implica que esta esté por encima de las nociones de dignidad y vulnerabilidad, ya que estos no pueden quedar sin los cuidados que la Bioética promueve. Los cuidados en todas las disciplinas vinculadas con la salud pueden y deben estar orientados, por lo tanto, a ofrecer esta protección integral, al mismo tiempo que el respeto de la autonomía progresiva, de acuerdo al estado de desarrollo de cada NN y A. Consideramos la vulnerabilidad desde una perspectiva amplia, que articula la Bioética con los Derechos Humanos. De ahí que privilegiemos la mirada integral propuesta desde la Declaración Universal de Bioética y Derechos Humanos (UNESCO, 2005), en cuanto marco normativo de referencia para el análisis de los problemas bioéticos. Bajo esta mirada, los vulnerables serán, entonces, aquellos cuya autonomía, dignidad e integridad personal pueden verse amenazadas, y en quienes paralelamente se ponen en juego otros valores, expresados también en la Declaración, como la igualdad, la justicia, la equidad, la solidaridad y la responsabilidad social y salud. Durante la infancia y la primera infancia, los niños y niñas adquieren gradualmente las habilidades y estrategias de autorregulación necesarias para hacer frente a una variedad de desafíos del desarrollo, ganando así autonomía. En este contexto, adquiere relevancia bioética la concepción de las capacidades humanas propuesta por la filósofa Martha Nussbaum. Bajo esta mirada, las capacidades no serían solo habilidades residentes en el interior de una persona, sino que incluirían también las libertades o las oportunidades creadas por la combinación entre esas facultades personales y el entorno político, social y económico (NUSSBAUM, M., 2012a. Crear capacidades. Propuesta para el desarrollo humano. Paidós, Madrid). La Bioética tiene como objetivo fundamental el cuidado de los demás, sobre todo de los más vulnerables. Una de las acepciones de la palabra cuidado es la de asistencia, acepción particularmente relevante, si tomamos en cuenta que nuestro análisis se centra en las prácticas en salud. Nussbaum toma particularmente en cuenta la necesidad de asistencia que presentan ciertas personas, como en el caso de NN y As, ya que su satisfacción, constituirá uno de los rasgos que definan una sociedad justa (NUSSBAUM, M., 2012. Las fronteras de la justicia. Consideraciones sobre la exclusión. Paidós, Barcelona). En este contexto, resulta relevante también, caracterizar el proceso de asentimiento, y eventual consentimiento informado, por parte de NN y As; y cuál puede ser el rol de los comités de bioética en relación a conflictos surgidos cuando se pone en juego su autonomía progresiva.