El empleo de las inteligencias artificiales en las sociedades contemporáneas es un fenómeno en expansión, hecho que nos interpela como educadores e investigadores en múltiples aspectos. Nuestra preocupación será describir los modos de hacer docencia en tiempos de inteligencia artificial (IA) en escuelas secundarias del Partido de San Martín y sus efectos en los procesos de inclusión educativa. Así, nos preguntamos acerca de la forma en que se entrelazan el hacer docencia, los usos y las apropiaciones de las inteligencias artificiales, y el modo en que estas podrían contribuir a generar mayores márgenes de inclusión educativa. La frontera entre lo digital y lo biológico se ha diluído en un continuum (Braidotti, 2015) en el que cada vez es más difícil distinguir quién ha hecho una determinada producción, aun cuando las máquinas suponen un cúmulo de saberes transmitidos a lo largo de la historia humana (Grinberg y Armella, 2023). En términos educativos, son diversos los trabajos que dan cuenta de los diálogos entre la educación y la inteligencia artificial, siendo uno de los principales focos de preocupación la inclusión educativa, la vulnerabilidad social y la inequidad (UNESCO, 2019; UNESCO, 2021; UNESCO, 2022). El problema al que nos referimos guarda lazos con la inclusión educativa, la cual ha sido objeto de diversos estudios que sitúan su mirada en las posibilidades que la escuela brinda a los sectores vulnerables (Armella y Langer, 2020; Carpentieri, Dafunchio, Langer y Machado, 2015; Bussi, Grinberg y Mantiñan, 2016; Grinberg y Schwamberger, 2021; Langer y Nievas, 2017). De este modo, en un contexto de persistente digitalización de la experiencia humana (Costa, 2021) es que se torna preciso preguntarse acerca de la potencialidad de las tecnologías digitales, y de las inteligencias artificiales en particular, en la inclusión educativa. Las inteligencias artificiales son interpeladas y puestas en acción por un hacer docencia entendida como las maneras de pensar que “constituyen las mil prácticas a través de las cuales los usuarios se reapropian del espacio organizado” (De Certeau, 1996, p.44). Este hacer docencia “requiere comprender que ese hacer se realiza como capas que se ensamblan en la configuración de una realidad” (Grinberg, 2015, p.29) y que acontece en tiempos donde las tecnologías digitales atraviesan de un modo u otro el cotidiano escolar. Ya sea de formas no planificadas, como el empleo de teléfonos móviles, tablets y computadoras, como también sucede como parte de la planificación de la enseñanza. Bajo la perspectiva del nuevo materialismo cobra sentido pensar el hacer docencia junto a o entre las inteligencias artificiales, lo cual no solo implica un distanciamiento de la concepción moderna de la tecnología, sino que capta la singularidad de nuestro objeto que consiste en que “la relación entre lo humano y el otro tecnológico ha cambiado en el contexto contemporáneo, para tocar niveles sin precedentes de proximidad e interconexión” (Braidotti, 2015, p.89). Ese “junto a” implica dar cuenta de la intimidad que asume el hacer docencia con las inteligencias artificiales y las afecciones (Deleuze, 2008) complejas y múltiples que tienen lugar.