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Resignificación de las resistencias estudiantiles a la gramática escolar del nivel secundario: un abordaje teórico
Florentino, Josefina - IRES - UNCa - CONICET.
Sánchez Escalante, María Celeste - IRES - UNCa - CONICET.
Barrientos, María Esther - IRES - UNCa - CONICET.
Yuni, José - IRES - UNCa - CONICET.
III Congreso Internacional de Ciencias Humanas. Escuela de Humanidades, Universidad Nacional de San Martín, Gral. San Martín, 2024.
  ARK: https://n2t.net/ark:/13683/esz9/nmk
Resumen
El siguiente estudio busca reflexionar en torno al concepto de ‘resistencias’ como prácticas disruptivas de los estudiantes del nivel secundario a la gramática escolar. La institución educativa en general, y la escuela secundaria en particular, suponen una lógica y formas de poder propias de su gramática que se expresan en la imposición de tiempos, ritmos, ocupaciones y repetición cíclica de actividades; arquitecturas inmodificables, jerárquicas y funcionales; economía del cuerpo, del tiempo y del espacio; lógicas de trabajo normadas y simultáneas que permiten el control en masa, la calificación y la acreditación, entre otras. Estas condiciones tornan al dispositivo escolar en una estructura ejemplar de relaciones de poder sedimentadas en sus prácticas rutinarias y rituales cargadas de significancia y producción de sujetos con ciertas actitudes y disposiciones. La escuela y lo escolar conforman un espacio de producción de un tipo de individuo y de reproducción de éste y de los posicionamientos sociales a ocupar en la sociedad (Dubet y Martuccelli, 1996). En este marco, las relaciones y dinámicas entre los sujetos pedagógicos (profesores, estudiantes y actores escolares) suponen una constante presión dada por la imposición de un esquema objetivo y simbólico de rituales al que debe responder adecuadamente la subjetividad del estudiante, aunque aquel vaya en detrimento de su propia identidad. La experiencia escolar definida como lógica de integración (reconocer normas, modos de actuar, situarse en el orden de las jerarquías escolares, pertenecer a un grupo de referencia, adherirse a las formas legítimas de autoridad, ocupar un lugar y un rol preexistentes) es la imagen más habitual de la socialización. En consecuencia, el oficio de ser estudiante implica una ‘tensión’ entre disposiciones institucionales y su puesta en práctica real (Perrenoud, 2006). Retomando los aportes de la teoría crítica que concibe a la escolarización como un proceso social en el que diversos grupos sociales aceptan y rechazan las mediaciones de conocimiento, de cultura y de poder que moldean y dan sentido al propio proceso (Giroux, 2004), y la visión de Foucault (1988) que supone presencia y coexistencia de la resistencia y el poder, confluimos en la necesidad de resignificar ciertas prácticas de los estudiantes como resistencias identitarias frente a un orden impuesto. En el contexto pedagógico y didáctico donde se desarrollan las prácticas áulicas, acciones individuales y colectivas, como interrumpir la continuidad de la clase o no realizar una actividad, son percibidas por los actores escolares como ‘indisciplina’ o ‘mala conducta’, lo cual restringe su sentido poniendo foco en las acciones como efectos, sin tener en cuenta su contextos e implicancias. Referencias bibliográficas Dubet F. y Martuccelli, D. (1996) En la escuela: sociología de la experiencia escolar: Losada. Foucault, M. (1988). El sujeto y el poder. Revista Mexicana de Sociología, Vol. 50, No. 3. pp. 3-2 Giroux, H. A. (2004). Teoría y resistencia en educación. Siglo XXI. Perrenoud, P. (2006). El oficio de alumno y el sentido del trabajo escolar: Editorial Popular.
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